Hablaremos de este personaje en el contexto del desarrollo histórico de la ganadería en la Patagonia y como un oficio que representó una fuente laboral a fines del siglo IX y hasta mediados del siglo XX en la Patagonia.

Los ovinos representaron un gran impulso económico y al mismo tiempo, se convirtieron en una fuente de alimento muy accesible para la fauna nativa.  Zorros, pumas  y caranchos comenzaron a depredar con fuerza en los rebaños, convirtiéndose en un problema que minimizaron con la caza. Por otro lado, este oficio de cazador representó un sustento durante el invierno para alambradores, puesteros, obreros  y aficionados a la aventura. Además, con la apertura a mercados extranjeros, comenzaron a vender pieles de zorros, guanaco y posteriormente de animales que se convirtieron en plagas como conejos, liebres y castores.